La mediación es un proceso voluntario en el que un tercero neutral, la persona mediadora, interviene en un conflicto facilitando la comunicación entre las personas para que lo transformen y lleguen a soluciones por sí mismas.
La persona mediadora tiene un compromiso de guardar confidencialidad sobre lo hablado.
Todas las personas tenemos conflictos. El conflicto en sí mismo no es positivo ni negativo, es natural y necesario para el crecimiento y el cambio. Si se maneja adecuadamente, supone una oportunidad para que las personas protagonistas del conflicto puedan gestionarlo e incluso fortalecer las relaciones futuras.
Las relaciones entre las personas se basan en la comunicación. Cuando aparece un conflicto, la comunicación se ve dañada en mayor o menor medida, por lo que es necesario que ésta se restablezca, para que las personas puedan tomar sus propias decisiones conjuntas.
En el caso de una pareja que decide separarse o divorciarse y tienen hijos en común, es necesario que se sigan comunicando para acordar lo referente al cuidado de sus hijos. Establecer las condiciones favorables para que esta comunicación se dé, es uno de los objetivos del proceso de mediación y a diferencia de otras vías en las que interviene un tercero, una de sus principales ventajas.
Entre las ventajas de la mediación, destacamos en especial la oportunidad que esta ofrece para elegir y no sólo optar en cuestiones importantes para cada uno de los implicados. Por ello, es necesario que las personas interesadas acudan de forma voluntaria y se impliquen en el proceso.
Además posibilita la continuidad de las relaciones entre las personas involucradas en el conflicto, ya que aquellos acuerdos o decisiones que se adopten en este contexto tienen que ser aceptables para todas las personas implicadas en el mismo.
Otras ventajas:
– No es un sistema adversarial, es decir, no hay ganadores ni perdedores.
– Respeta mejor la privacidad de las personas.
– Es más económico.
– Es más rápido.
– Disminuye el coste emocional.
– …
Y se basa en los siguientes principios:
– Confidencialidad.
– Voluntariedad.
– Imparcialidad.
– Equidad.
– Flexibilidad.
– Independencia.
– Evitar los conflictos de intereses.